La Sevilla Barroca de Martínez Montañés

Sevilla, antaño puerto y puerta de las Indias, es a comienzos del siglo XVII una de las ciudades más grandes e importantes de Europa. Su riqueza, procedente del comercio con América, y la presencia de las más destacadas personalidades del momento, hacen que sea el momento propicio para la llegada de un nuevo estilo artístico: el Barroco. Son numerosos los artistas que en este momento vienen a la ciudad atraídos por las grandes empresas artísticas; entre ellos destaca el escultor Juan Martínez Montañés.

Apodado “el Dios de la madera” por sus contemporáneos, fue quien definió las características de la escultura barroca sevillana. Procedente de la localidad jienense de Alcalá la Real, se afincó en Sevilla a finales del siglo XVI. Su casa y su taller, ubicados muy próximos a la antigua parroquia de la Magdalena, acogieron los más grandes encargos artísticos del momento, desde retablos como el de la parroquia de San Lorenzo o el del monasterio de San Isidoro del Campo, hasta portentosas y magníficas esculturas como el Señor de Pasión, el Cristo de la Clemencia o la Inmaculada llamada “la Cieguecita”.

Apúntate con nosotros esta Noche en Blanco y seguiremos los pasos de Juan Martínez Montañés por la Sevilla de la primera mitad del siglo XVII, una ciudad que vio truncado su esplendor a mediados de siglo con la llegada de una inesperada visitante: la peste.