Sobre el transbordo

Si nada se tuerce, el próximo día 20 de Diciembre los sevillanos podremos, por fin, disfrutar de la largamente esperada línea 1 de Metro. Un proyecto que, para hacerse realidad, ha necesitado de más de 5 años de obras —casi el doble del tiempo inicialmente previsto— y cuyos orígenes se remontan a 1999, sin contar con que tiene sus raíces en una primera red iniciada hace ya varias décadas. Esta semana se ha conocido por fin la propuesta de cuadro tarifario del Metro, en el que se recoge lo que a los sevillanos nos costará subirnos al tren. Sobre si las tarifas son caras o baratas ya habrá tiempo de opinar, aunque es objetivamente cierto que no son precisamente las más económicas del territorio nacional. Pero algo que resulta realmente sorprendente es que no se contemple ni una sola opción con la que el usuario que tenga que usar Tussam y Metro cuente con alguna bonificación por el transbordo. Siendo bienintencionados, es de suponer que el transbordo Metro-Tussam se implantará más pronto que tarde, y que este extraño divorcio pasará a ser anecdótico. Que el Sevilla is different no llegará al desgraciado extremo de que seamos una excepción con respecto a todo el mundo civilizado. Pero no deja de ser lamentable que ni siquiera el tremendo retraso acumulado haya sido suficiente como para conseguir que el Metro cuente con transbordo a y desde Tussam desde el primer momento. ¿Acaso tanto tiempo de aviso no ha sido suficiente? ¿Les coge de sorpresa la inauguración, quizá? Igual los responsables del transporte en Sevilla se han contagiado del escepticismo del sevillanito de a pie, que, tras las múltiples fechas dadas para la apertura del Metro y luego rebasadas alegremente, tampoco tenía mucha fe en que ésta fuera la buena… Lo más triste es que, una vez que han salido las tarifas con este agujero tan importante, inmediatamente ha empezado el reparto de responsabilidades: que si éstos no tienen las máquinas, que si aquellos no nos han consultado… Entérense, señores: Nos da igual quien tenga la culpa. Si tantas ganas tienen de buscar un chivo expiatorio o de ver quién la tiene más grande (la zona tarifaria, por supuesto), háganlo cuando ya hayan solucionado el problema, que a los usuarios sus milongas y sus broncas internas nos traen sin cuidado. Lo que queremos es que el próximo día 20, cuando por fin estrenemos el Metro, lo hagamos con la posibilidad de transbordar desde el autobús que casi todos tendremos que coger para acercarnos hasta él. Queda muy bonito promover la intermodalidad y el transporte público en planes de transporte y demás líneas en los mapas, pero, por desgracia, parece que en la práctica vamos a empezar con el paso cambiado.