Texto completo de las alegaciones presentadas
La Isla de la Cartuja, una vez pasada la celebración de la Exposición Universal de 1992, que le dota prácticamente de todas las infraestructuras actuales, termina por consolidarse convirtiéndose en Parque Científico Tecnológico, un referente económico de la ciudad: 10% del PIB local y más de 15.000 trabajadores de empresas dedicadas, principalmente, a la innovación, la tecnología y la investigación, así como de varias sedes de la Universidad de Sevilla, que superan los 10.000 estudiantes. Dejando a un lado el debate sobre la necesidad de explotar como imagen de ciudad uno de los parques científicos y tecnológicos más potentes del país, es necesaria una política clara y decidida de movilidad, que solvente los problemas actuales y prevenga de males futuros.
Actualmente, nos encontramos con una Isla de la Cartuja con un agudo problema de aparcamientos, que se ve acrecentado por una mala implementación del transporte público: dos líneas de autobús de TUSSAM – que en la práctica es una sola-, una línea de Cercanías Renfe donde circula un solo tren a la hora y sin perspectivas de ver llegar el Metro a medio plazo. Ninguna de las tres Administraciones implicadas (Estado, Junta y Ayuntamiento) han sabido dar la respuesta necesaria al problema. Una respuesta que debe ser cohesionada y con el objetivo de remar en una misma dirección.
En las últimas semanas, la discusión se ha centrado en dos aspectos. El más polémico, la intención de la Gerencia Municipal de Urbanismo de construir un nuevo puente sobre el río, que uniría la calle Torneo y el Pabellón de la Navegación. Los empresarios, por su parte, centran sus peticiones únicamente en el incremento de aparcamientos para vehículos privados. Una petición absolutamente inconsciente a la vista de la inexistencia de espacio físico para crearlos.
Desde sevillasemueve invitamos a pasar página sobre la construcción del puente al que presentamos alegaciones en su momento, ya que, además de que debe preservar los edificios del entorno calificados como BIC y la visión del campo de regatas y requerir un diseño acorde con la estética del entorno, no consigamos que sea la solución más adecuada para las necesidades actuales. Por contra, proponemos un debate real y global sobre la movilidad en la Cartuja, con amplitud de miras, olvidando un modelo del pasado y apostando por un transporte digno del siglo XXI, acorde a la innovación de la que presume el Parque Tecnológico.
Partiendo del estado actual, la Cartuja necesita una mayor presencia de TUSSAM, prolongando o variando el recorrido de algunas líneas próximas a la isla, así como un verdadero aprovechamiento del Cercanías de Renfe, incrementando los servicios hasta, al menos, frecuencias de treinta minutos en hora punta, demanda que podría ser atendida perfectamente por el único convoy que realiza el recorrido, ya que su recorrido tiene una duración de 18 minutos.
La bicicleta, que tan notable desarrollo ha tenido en la ciudad, no puede quedar al margen. Aunque ya goza de una significativa presencia, debe aumentarse la disponibilidad del servicio público de alquiler, así como fomentar el uso privado desde las propias empresas, favoreciendo su uso con aparcamientos vigilados en los centros de trabajo.
Estas ideas no son más que unas pinceladas de lo mucho que falta por hacer en la Isla de la Cartuja en materia de movilidad y que sevillasemueve irá desgranando en las próximas semanas, confiando en que, de una vez por todas, las autoridades competentes sepan ver las necesidades reales y las posibles soluciones, que no tienen por qué pasar exclusivamente por potenciar el vehículo privado, como casi siempre se ha hecho.