Tal vez sea producto del pesimismo creado por el poco ardor con el que desde las distintas administraciones -especialmente la autonómica- se ha defendido al Metro de Sevilla, pero lo cierto es que el reciente anuncio de la Consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar, afirmando que el Metro que se construya será básicamente subterráneo ha supuesto para muchos de nosotros una agradable sorpresa. Como es natural, hay multitud de observaciones y sugerencias que hacer a la planificación que se ha avanzado, pero el hecho de que haya imperado la lógica en la elección de la modalidad de Metro supone una victoria incontestable para los que siempre hemos defendido la necesidad de un Metro subterráneo en las zonas urbanas.
En los próximos días, sevillasemueve publicará su análisis pormenorizado de los detalles del proyecto -que se van dejando caer con cuentagotas-, y desde ya vamos a defender activamente nuestras posiciones al respecto. Será cuestión entonces de ver si desde la Consejería se demuestra con hechos el espíritu de diálogo y consenso que, con buen criterio, ha puesto como punto de partida en la presentación a los ciudadanos de los trazados de las nuevas líneas.
Pero sí hay algo con lo que no podemos engañarnos: no es el momento de relajarse y pensar que está todo hecho. Este no es el principio del fin de la batalla por el Metro que Sevilla merece; en todo caso, es el fin del principio. Jamás debe olvidársenos que, si se va a partir de una red subterránea al 90% (y no al 30% o al 40%), ha sido únicamente debido a la presión ejercida por los ciudadanos, y que esa presión debe mantenerse siempre vigilante. Para que no se retroceda en ese asunto, para asegurarse de que realmente los tramos en superficie que se insinúan son aceptables (y para forzar a reconsiderar el proyecto si no), para arrancar de las administraciones la máxima celeridad en los plazos y en el inicio de todos los tramos de la red… en pocas palabras, para que Sevilla tenga un Metro, tanto en funcionamiento como en construcción, del que podamos sentirnos orgullosos.