Hace algunas semanas, en la Asociación sevillasemueve tuvimos la oportunidad de visitar las instalaciones de Astilleros del Guadalquivir, la empresa que en nuestros días ha recogido el testigo de los enormes astilleros que se desarrollaron en nuestra ciudad en la segunda mitad del siglo XX.
Toda el área que entonces ocupaba esta industria naval se sitúa en la ampliación de la Zona Franca de Sevilla, y ha sido recuperada en los últimos años, convirtiéndose en punta de lanza del actual ecosistema productivo de de la provincia, con la instalación de diversas actividades industriales, navales o no, que sacan partido tanto a las sinergias con el sector metalúrgico, de las ventajas estar instaladas en el único puerto interior de España.
Astilleros del Guadalquivir relanza la antigua actividad naval en 2015, fruto de una concesión administrativa que ha pasado por varios propietarios, haciéndose cargo de una de las antiguas atarazanas para actividades de reparación y revisión de naves, tanto en su dique seco de 145 metros de longitud como en los muelles de atraque que rodean sus instalaciones.
La actividad de sus instalaciones es frenética. Durante nuestra visita se terminaban de perfilar los trabajos para el BF Leticia, un portacontenedores de bandera chipriota que explotaba al máximo las capacidades del astillero sevillano, y que estaba a punto de volver a navegar una vez finalizado el proceso de pintado, al tiempo que llegaba a Sevilla el próximo buque que entraría en dique seco.
La influencia de Astilleros del Guadalquivir va mucho más allá del Puerto de Sevilla. Así, se beneficia de su área de influencia en la senda marítima del estrecho de Gibraltar, una de las rutas comerciales más transitadas del mundo. Sus servicios se extienden desde Almería hasta el sur de Portugal, incluyendo la costa norte de Marruecos, ya que en ocasiones los profesionales de Astilleros del Guadalquivir se desplazan a otros puertos a realizar reparaciones, o incluso las realizan in situ mientras una embarcación navega rumbo al siguiente atraque.
Además del BF Leticia, desde hace meses permanece atracado en las instalaciones de Astilleros de Sevilla otra embarcación en espera de disponer de los trámites necesarios para acometer otra de sus líneas de negocio: el desguazado y reciclaje, una actividad imprescindible en el ciclo de vida de las embarcaciones, dada la cantidad de elementos contaminantes que serían vertidos a nuestros mares.
Desde sevillasemueve queremos agradecer a la Zona Franca de Sevilla por facilitarnos la gestión de la visita, y al personal de Astilleros del Guadalquivir que nos acompañó y que nos permitió acercarnos a esta actividad industrial de nuestra provincia que es tan desconocida para el ciudadano de a pie. Una de tantas.
Y es que a diario nos desayunamos cualquier noticia, tribuna o denuncia sobre cómo Sevilla debe gestionar el boom turístico para hacerlo compatible con el día a día de la ciudadanía. Desgraciadamente, es habitual que quienes critican ese supuesto monocultivo económico sean quienes más desconocen estas actividades industriales que a modo de material de base sostienen buena parte de la economía de la provincia sin recibir apenas atención de los focos mediáticos.