Atarazanas, campo de batalla

Alfonso X el Sabio inició la construcción de las Reales Atarazanas de Sevilla en 1252 con un solo motivo: hacer la guerra. Al levantar esta fábrica de buques bélicos el monarca quería asegurar por vía marítima el control del valle del Guadalquivir que había conseguido su padre. Casi 800 años después los sevillanos seguimos teniendo en las Atarazanas un campo de batalla. En 2012 el primer proyecto del arquitecto Vázquez Consuegra para su rehabilitación fue desestimado por un conflicto entre Ayuntamiento y Junta. Tres años después, diferentes asociaciones conservacionistas recuperan el lenguaje bélico para mostrar su oposición al nuevo proyecto de rehabilitación del monumento.

caixaforum

En 1993 la Junta de Andalucía se hizo cargo de la propiedad del monumento. Desde entonces la Consejería de Cultura le dio un uso intermitente como sala de exposiciones, sede de eventos culturales o escenario de representaciones teatrales. Los asistentes a todos estos actos pudieron constatar las carencias de un edificio en el que urgía una intervención en profundidad que la administración autonómica parecía no estar dispuesta a asumir.

En 2008 la entidad bancaria la Caixa presentó su proyecto de una nueva sede de Caixaforum en Sevilla. Este equipamiento cultural de reconocido prestigio, que tiene sede en Barcelona o Madrid en otros significativos ejemplos de la arquitectura industrial, se fijó en las Atarazanas. Cuatro años después una serie de factores coincidieron para que el proyecto de Caixaforum se truncara: el Ayuntamiento de Sevilla y la Consejería de Cultura se enfrentaron sobre la necesidad o no de hacer un Plan Especial para la reforma. La Caixa, cansada de las trabas administrativas, vio en la Torre Pelli, edificio que pasó a su propiedad tras la absorción de Cajasol, una sede más viable.

Años después la Consejería consiguió arrancar a la Caixa el compromiso de invertir 10 millones de euros en la rehabilitación y que la Fundación Cajasol proveyera de contenido expositivo a un centro para la interpretación de la relación entre Sevilla y América. Por fin a finales de 2015 se ha conseguido el informe favorable de la Comisión del Patrimonio y el permiso para el inmediato comienzo de las obras, esta vez con un nuevo proyecto de Vázquez Consuegra.

Caixaforum Atarazanas

Pero los opositores no se han hecho esperar. Ya en 2008 el proyecto de Caixaforum hubo de enfrentarse a las críticas de distintas asociaciones conservacionistas de la ciudad. También protestaron distintas entidades que hasta ese momento se habían considerado protagonistas en la gestión del edificio, pero a los que la llegada de la entidad catalana desplazó.

Las críticas se centraron en la idea del arquitecto sevillano en convertir el espacio de las naves del siglo XIII en una plaza pública que sirviera de vestíbulo a las salas expositivas, dispuestas en las estancias construidas en el siglo XVIII. ADEPA o la Fundación Atarazanas rechazaban esta idea y defendían su personalísima apreciación de que la solería debía ser rebajada hasta alcanzar la cota original.

En los últimos días, ambas asociaciones han recuperado la idea que ya utilizó Zoido en 2012 para retrasar el proyecto. Consideran imprescindible la redacción de un Plan Especial que la administración autonómica, competente en materia de Cultura, considera innecesaria.

Sevillasemueve ya promulgó  en aquel momento la necesidad de apoyar un proyecto tan emblemático como el de Atarazanas. Leer post: Apoyo al Caixaforum de Atarazanas.

¿Puede permitirse la ciudad perder otra oportunidad para darle uso a las Atarazanas? ¿Vamos a permitir que los promotores se cansen de nuevo y abandonen el proyecto? En 2012 un conflicto entre dos administraciones de distinto color dio al traste con el proyecto de Caixaforum. A lo que asistimos hoy es otro tipo de enfrentamiento, una guerra de egos. Las opiniones de los detractores del proyecto son respetables, pero no pueden considerarse las únicas válidas. Los opositores tienden a poner en tela de juicio los dictámenes de la Comisión Provincial de Patrimonio, un órgano consultivo en el que, además de representantes de la administración, hay funcionarios, técnicos y catedráticos de Arquitectura, Historia e Historia del Arte que hacen un trabajo serio. Teresa Laguna, que ha sido conservadora de la Catedral durante una década, el arqueólogo Marc Hunt, decano del Colegio de Doctores en Filosofía y Letras, o el catedrático de Arquitectura José María Gentil, son miembros de esta comisión avalados por su trayectoria.

Desde sevillasemueve consideramos que una ciudad como Sevilla no puede permitir que cada vez que un proyecto no guste a una minoría ésta use argucias burocráticas para imponer su voluntad. En un momento en el que el sector de la Cultura se ha visto privado de la inversión pública hay que aprovechar las oportunidades que ofrecen inversores privados. Ya han sido varios los mecenas que se han cansado de esperar a las administraciones. Carmen Thyssen se fue a Málaga y Bellver estuvo a punto de tirar la toalla. La ciudad no merece que las Atarazanas se conviertan en otra oportunidad perdida.