La construcción de la línea 3 de metro, ahora sometida al proceso de actualización de los proyectos constructivos, supondrá un paso revolucionario para el transporte norte-sur en la ciudad, al tiempo que repercutirá en nuevas opciones para trayectos intermedios, en los que la fortaleza de este medio de transporte proporcionará alternativas a las opciones existentes actualmente.
Por ello, desde sevillasemueve apelamos a este proyecto como oportunidad para repensar el diseño de la ronda histórica, buscando eliminar el cierto papel distribuidor del tráfico en la zona más cercana al casco histórico. Gracias a estas y otras opciones de transporte, este papel debe pasar progresivamente a rondas más exteriores, teniendo en cuenta además los muchos trayectos de vehículo privado que quedarán asumidos por estas nuevas infraestructuras, de forma similar a lo que ocurrió con la línea 1 de metro hace ya más de una década.
Estas transformaciones deben seguir los patrones urbanísticos actuales, que persiguen la humanización del espacio público, ampliando los espacios peatonales y ciclistas, en lugar de tener al coche como centro del paradigma de la movilidad.
De esta forma, y atendiendo a los espacios disponibles y a las características de cada tramo de la ronda histórica, sevillasemueve propone medidas tales como la ampliación del acerado, la reducción de carriles destinados al tráfico privado e incluso la plantación de nuevas alineaciones de arbolado, que facilite el paseo por las nuevas zonas de tránsito a crear e invite a su uso por parte de la ciudadanía.
De la misma forma, las vías transversales que actualmente parten o desembocan en esta vía deben ser igualmente repensadas, adaptándose a los nuevos flujos de tráfico, que, tanto para el vehículo privado como el transporte público, se han de crear. Ineludiblemente esto requerirá una redistribución de algunas líneas de TUSSAM para adaptarse también a estas nuevas circunstancias, así como desempeñar su papel complementario a esta nueva línea de metro. Igualmente, se proponen algunas modificaciones a la accesibilidad del metro (estaciones con doble vestíbulo) para mejorar su accesibilidad.
Con todo ello, conseguiríamos aplicar una de las directrices que hizo el PGOU (hace ya casi quince años) y alcanzar un cambio global en la movilidad que, con la nueva línea de metro, se traduzca en un mejor espacio público en superficie, en una ciudad más amable y habitable.