Desde hace algunas semanas, diversos medios de comunicación se vienen haciendo eco de una campaña activada por la policía local para controlar y multar a los ciclistas que cometan infracciones como circular en vías peatonales, ir a contramano, usar auriculares, etc… No obstante, dicha campaña “especial” no ha sido presentada por los representantes de la ciudadanía en el gobierno de la ciudad, ni se han dado las explicaciones oportunas de su razón, ni publicado los datos de siniestralidad que justificaran priorizar ahora la acción coercitiva de la policía local precisamente en la movilidad ciclista.
Las informaciones parecen provenir directamente del cuerpo policial, y en algún caso concreto (ABC, 20/10/2015), se nos dice que “…existe una especie de acuerdo tácito del propio cuerpo —no una norma escrita en ninguna parte— para intensificar la campaña de concienciación hasta que comience el plan de tráfico de Navidad, a partir del cual se empezará a multar ya sin rodeos. Los agentes han tomado la iniciativa ante la falta de acción del Ayuntamiento,…«
Sevillasemueve apuesta, como no puede ser de otra manera, por el cumplimiento de las normas de tráfico, y por la correcta convivencia entre los diferentes actores que componen el día a día de la movilidad en la ciudad: peatones, ciclistas, motos, automóviles privados, transporte público… No obstante nos cuesta mucho trabajo entender que se priorice en forma de “campaña” a uno de dichos elementos, el ciclista, para hacer cumplir las normas, en algunos caso aplicando dudosas normativas como multar con 200 euros por conducir en bicicleta con auriculares (Diario de Sevilla, 25/11/2015). Y todo ello en una ciudad en que cada año se producen varias víctimas mortales por atropellos y accidentes causados por automóviles y motocicletas.
Sevilla es una ciudad admirada en toda España por la capacidad que ha tenido de introducir la movilidad ciclista en su esquema urbano. Podemos decir que la bici es uno de los elementos definitorio de nuestro modelo de ciudad. Un elemento a proteger y a fomentar, porque de él se obtienen beneficios en todos los aspectos: salud, reducción de la contaminación, mejora del tráfico, imagen ciudadana, atractivo internacional,… Por eso esta campaña ha levantado lógicamente las alarmas en organizaciones como A Contramano (Medalla de la Ciudad en 2009), que piensan que este tipo de acciones, sin estar adecuadamente justificadas, desincentivan el uso de la bicicleta en Sevilla. Sevillasemueve comparte esta visión y se une a la petición de que las medidas de movilidad se debatan en el seno de la mesa de la movilidad, creada a tal efecto el pasado mes de julio, y donde deben contemplarse como alternativas la correcta convivencia entre todos los usuarios de la vía, en este orden: peatones, ciclistas, transporte público y colectivo, y transporte privado.
Prioridades para la movilidad, no sólo para los ciclistas
Y respecto a las prioridades de la policía local de Sevilla para plantear campañas especiales, nosotros sugeriríamos que se invirtieran los cuantiosos recursos públicos que supone el control policial del tráfico sevillano en los siguientes problemas, que son muchísimo más graves para la movilidad y para la ciudadanía en general, que los causados por los ciclistas:
- Campaña para el control del fraude en el sector del taxi, especialmente en el aeropuerto de Sevilla, verdadero estrangulamiento de nuestra imagen turística.
- Campaña para el control de la doble fila y circulación por carriles reservados para el transporte público, una de las principales causas de retenciones y atascos en la ciudad.
- Campaña para el control de la velocidad de circulación en avenidas y vías amplias, en las que es lo más frecuente que se circule por encima de la velocidad máxima permitida en ciudad (50 km/h).
- Campaña para el control del horario de la carga y descarga, que con frecuencia se realiza fuera de los tramos establecidos, contribuyendo también a la dificultad de la circulación.
- Campaña para el control del uso generalizado del teléfono móvil al volante en la ciudad, que da lugar a frecuentes despistes y maniobras inadecuadas por parte del conductor que pueden ser causa de accidentes.
Se debe de priorizar la actuación sobre aquello que responde al interés general de la ciudadanía.