Tal y como avanzó sevillasemueve la pasada semana, las trabas urbanísticas y los cambios de criterio en el seno del Ayuntamiento de Sevilla no suponían nada positivo para el proyecto de Caixafórum Atarazanas, la franquicia cultural de La Caixa. El paso del tiempo no es gratuito para la entidad financiera, que incluso recibió el ofrecimiento de la vecina ciudad de Málaga para trasladar allí el proyecto de Caixaforum.
De esta forma, los impedimentos surgidos en torno a la ansiada licencia de obras dejaban en stand-by el proyecto que el arquitecto sevillano Vázquez Consuegra diseñó para rehabilitar las Reales Atarazanas y poder abrirlas al público. Pasábamos de estar hablando del inminente inicio de las obras a la posibilidad de añadir Caixaforum a la lista de proyectos que Sevilla ha despreciado en los últimos tiempos.
Finalmente el paso no ha sido tan drástico, ya que, por ahora, podemos seguir diciendo que Sevilla tendrá un Caixaforum, pero parece que el proyecto cambiará el emblemático edificio del Arenal por el también emblemático, aunque en otro sentido, complejo Puerta Triana.
No se nos puede escapar que, a pesar del cambio de ubicación, cualquier avance que permita ver la luz al final del túnel es positivo para Caixaforum Atarazanas y para Sevilla. En clave turística y cultural, contribuye a potenciar un nuevo punto de atracción de la ciudad, acompañando al Pabellón de la Navegación y al CAAC.
Sin embargo, tampoco podemos obviar la gran oportunidad perdida para las Reales Atarazanas. Rechazar alegremente estas inversiones, y más en tiempos de crisis, puede ser tremendamente peligroso, puesto que todo apunta a que tardará en llegar una alternativa para la puesta en valor de este excepcional edificio industrial de la Sevilla del siglo XIII, que ahora queda en tierra de nadie.
Desde sevillasemueve rechazamos la actitud del Ayuntamiento, que pasa de citar Atarazanas como un “enclave único” a calificarlo de un “riesgo para la declaración de Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO y que el traslado signifique “salvar la inversión”. Así mismo pedimos a la Administración local y autonómica que en lugar de torpedear a la iniciativa privada, trabaje de la mano en la búsqueda del bien común para Sevilla, una ciudad que no se puede permitir seguir perdiendo trenes que nos han pasado por delante en los últimos tiempos.