Fomentando el uso del Cercanías

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Tras largos años de promesas y retrasos, parece que a las puertas de las próximas elecciones municipales va a inaugurarse una nueva línea de Cercanías en el Núcleo de Sevilla. La nueva C5 recorrerá el Aljarafe norte hasta Benacazón, dando servicio directamente a 100.00 habitantes, pero cubriendo una zona de usuarios potenciales mucho mayor. Por fin existirá una alternativa al transporte rodado, ya sea público o privado, para acceder a la capital desde el noroeste de su aglomeración urbana. Aun así, el trabajo pendiente no acaba aquí.

Todavía queda por recuperar la línea C2 a La Cartuja, literalmente abandonada desde el fin de la Exposición de 1992 y que apenas se ha utilizado desde los Campeonatos del Mundo de Atletismo en 1999, cuando se construyó un nuevo apeadero que ha sido igualmente pasto de la desidia. Con su puesta en servicio se solucionaría el acceso a miles de trabajadores y estudiantes que acuden a diario al mayor parque tecnológico de España y que hasta ahora solo disponen de dos líneas de bus urbano como alternativas de transporte público.

La línea circular C4 también ha sufrido los daños del desinterés por el Cercanías. El pasado Septiembre se redujeron sus frecuencias y se suprimió un sentido de circulación, penalizando gravemente el servicio al altamente poblado sector Este de Sevilla y la estratégica unión del Palacio de Congresos con los núcleos de comunicaciones de Santa Justa y San Bernardo. Una maniobra que saca a relucir el desinterés por el éxito para evitar que el aumento de demanda requiera nuevas inversiones. También en esta línea, es imprescindible ejecutar la estación de Guadaíra, que daría servicio a la Universidad Pablo de Olavide, facilitando su enlace con los barrios del sur y el este de la ciudad, y acortaría los tiempos de enlace con la línea 1 de Metro.

A todo esto hay que añadir la falta de integración tarifaría de Cercanías con el Consorcio Metropolitano de Transportes tal y como pasa en otras ciudades de España, hecho que encarece los precios de trayecto e imposibilita la intermodalidad.

A todo lo anterior habría que sumar el mínimo esfuerzo que a la administración le supondría el logro de una nueva línea de Metro de facto. Bastaría prolongar el servicio de las líneas C2 y C5 desde Santa Justa hasta la estación Virgen del Rocío para contar con un total de 4 líneas (las citadas C2 y C5 y, además, la C1 y C4) circulando trenes entre ambas estaciones. Dotar a estas líneas con una frecuencia de paso de 30 minutos podría suponer un tren cada 8 minutos en ese eje central de ferrocarril. Aumentando la frecuencia de paso a 15 minutos se conseguiría un servicio conjunto cada 4 minutos, números propios de un línea de Metro. Sin embargo, aunque semejante logro sería obtenido con una baja inversión económica, no sería posible sin una fuerte implicación política y social que reivindique lo que Sevilla necesita.

Desde Sevillasemueve instamos a las Consejerías de Obras Públicas y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, a los Ayuntamientos de la Aglomeración Urbana de Sevilla, a las asociaciones vecinales y ciudadanas y a otras entidades afectadas a unirse en pos del avance del transporte público en Sevilla para conseguir una ciudad más limpia y una mayor calidad de vida para sus ciudadanos.

Así mismo, reclamamos a los partidos políticos que incorporen en sus programas electorales este compromiso con el transporte público y que dicho compromiso se haga efectivo una vez sean asumidas las cuotas de poder que establezcan los ciudadanos con su voto.