En una conferencia de prensa a primera hora de la mañana en la sevillana Plaza de España, el Gobierno de España ha expuesto su estrategia en materia de infraestructuras para el año que empezará en unos días. En concreto, llama la atención la autovía de circunvalación de la capital española, llamada «M-90», entre la cual se han incluido tramos como los túneles bajo el Guadalquivir que, hasta ahora, estaban adscritos a la SE-40. El cambio de nomenclatura de la vía que acoge estos túneles, irremediablemente, supondrá una aceleración espectacular de los trabajos, hasta ahora paralizados, con la previsión de retomarlos en el primer semestre de 2017 y concluirlos a finales de 2019.
En palabras del ministro del ramo, la nueva circunvalación M-90 «es una obra clave para el conjunto del Estado pero, sobre todo, para la movilidad de Madrid y su área metropolitana, cuyas circunvalaciones están atestadas de vehículos, como vemos aterrorizados a diario en los informativos». Además, cuestionado por el modelo de financiación de las nuevas vías, se ha puesto de manifiesto la posibilidad de confiar «en la gestión público-privada, buscando eficiencia y competitividad».
La M-90 será la circunvalación más grande del mundo, «una necesidad para Madrid», en palabras de la presidencia de la comunidad madrileña. Atravesará Andalucía, Extremadura, ambas Castillas, Aragón (discurriendo paralelo a la frontera catalana, “por si las moscas”) y la costa valenciana, lo cual se ha explicado como un «movimiento imprescindible e inteligente para incluir en el área metropolitana capitalina estratégicos sitios como Benidorm o Torrevieja, sin olvidar Conil en Cádiz».
La financiación del Metro de Sevilla ha sido otro tema sobre el que el Gobierno se pronunció. Sin embargo, el Ministerio no fue más allá de indicar que «su ejecución se encuentra entre las prioridades, pero dadas las estrecheces presupuestarias hay que priorizar prioridades», por lo que los esfuerzos de transporte público desde el Estado se centrarán en el tramo del metropolitano madrileño entre Móstoles, Navalcarnero y Seseña, expandiendo así la red fuera de la Comunidad de Madrid, «acercando más aún el Metro de Madrid a los sevillanos».
Mientras tanto, en la Junta de Andalucía se encogieron de hombros al ser preguntados por el Metro de Sevilla, aunque posteriormente se indicó que, actualmente, la Consejería de Cultura se encuentra en negociaciones con el Estado para abrir una sede del Museo del Prado en la capital andaluza, lo cual recogería la necesidad cultural de la ciudad, hasta ahora ahogada en el Museo de Bellas Artes de la ciudad. «Los andaluces y la andaluzas tendrán un pedazo del mejor museo de España en su tierra», se indicó desde la presidencia autonómica. No se descarta que, al recibir Sevilla una sede del Museo del Prado, en las otras siete provincias se abran nuevas sedes de dicho museo, conociendo la estrategia de la administración autonómica. De hecho, en Málaga se han puesto manos a la obra ofreciendo ya un espacio para acoger una hipotética sede del Prado, mientras que en Sevilla «se empezará por un estudio concienzudo y un plan estratégico cultural-monumental de los espacios de la ciudad que estará terminado para 2019», según se indicó desde el consistorio.