Este artículo de opinión, que firma el Presidente de nuestra Asociación, se publicó en La Razón de Sevilla el pasado Domingo día 28 de Febrero, en el marco de una sección con opiniones a favor y en contra del proyecto Metropol Parasol.
Ni siquiera los más escépticos pueden negar que Metropol-Parasol se revelará como un recurso turístico de primer nivel. No sólo se convertirá en visita obligada, sino que tiene potencial para atraer una nueva categoría de viajero, como prueba la repercusión internacional que ya está teniendo el proyecto. Que Sevilla, afortunadamente, cuente ya con una enorme riqueza de atractivos no justifica renunciar a ampliarlos; sólo implica que no valen más que las apuestas fuertes y arriesgadas. Y no por trillado deja de ser cierto que los parasoles pueden ser el paralelo sevillano al Guggenheim o la CAC valenciana: la oportunidad definitiva de ponerse en el mapa turístico del siglo XXI.
Pero hay una vertiente un tanto olvidada del proyecto que tiene tanta o más relevancia que la estrictamente turística: el potencial de la intervención para construir un nuevo punto de encuentro en la ciudad. Metropol no sólo será un icono visual único o un museo arqueológico; también resolverá por fin la eterna provisionalidad de los placeros y devolverá al público un espacio cuya mayor contribución a Sevilla en décadas ha sido la de servir de aparcamiento.
Desde el ágora y el foro clásicos, pasando por la plaza mayor, uno de los elementos urbanísticos más importantes es la gran plaza pública: un ámbito donde la propia urbe se reconoce reflejada. Con Metropol, Sevilla ganará uno de estos espacios, un corazón donde confluirá la vida ciudadana y cuyo bombeo alcanzará a toda la ciudad. Todo cabe en la nueva Encarnación: paseantes, turistas, compradores, comerciantes, veladores de bar, conciertos, exposiciones o graderíos de Semana Santa. Y la mejor reivindicación del proyecto será su ocupación por parte de los sevillanos, su funcionamiento como crisol que fundirá todos los elementos que hacen única a esta ciudad y que los devolverá a la misma fortalecidos y enriquecidos.