Han pasado ya dos años desde la apertura de la primera línea del Metro de Sevilla y su éxito es intachable. Millones de ciudadanos han descubierto las bondades del transporte público, otro concepto de movilidad donde los atascos, la búsqueda de aparcamiento y los gorrillas no existen. Pero todos tenemos aún un vacío que espera algo mejor: las líneas que faltan hasta completar la red completa.
Hasta ahora, ese proyecto no ha pasado de buenas palabras. Un año después de presentar las alegaciones y meses después de que se cerrara el plazo de estudio, en esta asociación, y no seremos los únicos, aun no hemos recibido respuesta alguna. Los cambios de mandos en la Consejería, acompañados de cambios de discursos y falta de compromiso palpable para con el Metro de Sevilla han ralentizado el proceso hasta enquistarlo gravemente.
El Ayuntamiento tampoco presenta demasiadas novedades. El nuevo equipo de Gobierno, que dice mantener su compromiso, presenta roces argumentando que es esencial que una línea – según ellos debe ser la línea 3- cruce el centro histórico. Según el proyecto básico aprobado por la Junta de Andalucía y apoyado por los grupos parlamentarios del Ayuntamiento de Sevilla, la línea 3 bordeará el casco histórico, sin perjuicio de que en un futuro se proyecte una línea adicional que, como parte de su trazado, incluya el corredor norte-sur defendido por el actual Alcalde. Volver a replantearse la red actual no conseguiría sino dilatar aun más los ya de por si enormes plazos que están llevando al colapso de la movilidad del área metropolitana.
Para cruzar el centro, aunque en sentido contrario (eje este-oeste) es imprescindible considerar como prioritario el tramo central de la línea 2, defendido en ocasiones por vecinos y comerciantes del centro, que entendemos que debe ser exigido enérgicamente para continuar con el proceso de peatonalización y conservación del patrimonio histórico. Además, no solo permitiría un fácil acceso al centro, sino también dotar de un adecuado transporte publico al entorno de la Torre Cajasol y el entorno sur de la Isla de la Cartuja, complementando así a la futura prolongación del servicio de Cercanías a dicha zona.
El único cambio sustancial que cabe en los últimos proyectos presentados pasa por el soterramiento del tramo de la línea 4 a su paso por la Isla de la Cartuja, previsto con una inadmisible tipología tranviaria que entorpecería el movimiento de vehículos y personas y que penalizaría notablemente la velocidad media de la línea completa, con la consiguiente pérdida de calidad en el servicio. Esta modificación, al contrario que la propuesta del Ayuntamiento respecto a la línea 3, no supondría necesariamente aumentar los plazos de ejecución, ya que el tramo que comprende a la Isla de la Cartuja no esta considerado como prioritario.
Con todo, lo deseable es un diálogo por la ciudadanía, mas allá de los intereses partidistas que llevan décadas condenando a los sevillanos a un eterno atasco y una movilidad basada en el vehículo privado, algo impensable en un área metropolitana de un millón y medio de habitantes.